VALENTINA GRISALES




Un color: Amarillo.
Una planta: Pensamiento.
Un olor: Café.
Un lugar: La casa de mis abuelos.

Entre colores, poemas y objetos cotidianos la obra de Valentina nos invita a sumergirnos en universos mágicos y soñados. Las sillas hoy son grandes protagonistas de su trabajo y detrás de ellas hay una catarsis y movimiento emocional muy especial. Compartimos un día entero charlando sobre la vida, lo cotidiano y el día a día de ser artista. Para conocer un poco más sobre sus vivencias y como estas se relacionan con su trabajo (del cual somos grandes admiradoras) te invitamos a seguir leyendo esta entrevista.


Hola Valen. La primera pregunta con la cual nos gusta comenzar es ¿Tu flor favorita, cuál es?

Mi flor favorita es la orquídea, aunque los pensamientos también me fascinan. Las orquídeas eran las flores favoritas de mi abuelo y de mi papá y yo creo que los gustos se heredan.

 
 

¿Tienes algún ritual o rutina para dar inicio a tus días?

Soy una persona de las mañanas. Me despierto todos los días a las 5am y tengo mi ritual de 5 a 7. Lo primero que hago es una rutina de ejercicios, me muevo. Después me siento y empiezo a anotar ideas, tengo una gran lucidez en ese horario y no tener distracciones es muy positivo (yo soy super distraída, si pasa un pajarito ya me fui). Después escribo, hago poemas, si hay algo que me gustó escribo sobre eso, lo que sea. En mi obra me interesa hablar sobre los objetos a partir de símbolos y metáforas, entonces esas ideas también las desarrollo en este horario. Hacer este ejercicio me ayuda a sacar y canalizar mis emociones, me salen todas las cosas que en el día normalmente no. Hay días donde no escribo nada en especial, simplemente como me siento. Me gusta mucho hacer journaling tengo varios cuadernos donde anoto todo, incluso las horas de cada escritura. Esta parte del día es sagrada para mí, es la forma de cuidar mi estabilidad emocional y mental. Si yo dejo de hacer esa rutina que tengo de 5 a 7 se me hace la vida bola. Y si se me hace la vida bola no soy capaz de crear bien por eso cuido mucho de ese espacio. Después desayuno y hago las cosas que todos los humanos tienen que hacer en la casa. A eso de las 8:30 me siento a trabajar con un café, siempre me tengo que sentar con un café.

 
 

¿Cómo es un día en tu estudio? ¿Pintas todos los días?

Wow. Esa pregunta me encanta. Me encanta porque me gusta muchísimo saber esto sobre otros artistas. Como personas independientes, de nosotros depende el manejo de nuestro tiempo y lo que hacemos con el, no solemos tener una rutina “normal". Para mí fue muy duro al principio llegar a tener un orden, hacer todas las cosas que tenía que hacer, manejar un horario de trabajo, saber hasta cuando tengo mis límites de trabajo y respetar mi descanso.

Generalmente organizo mi semana por días dependiendo del proyecto que esté desarrollando. Siempre al inicio de todos los días trabajo en mis redes, es algo que me tomo muy enserio e intento cuidar el tiempo que paso en ellas. Me obligo a no estar ahí 100%, una vez organizo el contenido me desprendo y sigo con mi trabajo. Después de esa primera parte me pongo a trabajar en la parte administrativa, mandar presupuestos, responder correos, hablar con tal persona, cotizar, sacar presupuestos. Todo eso lo hago como hasta las 10. Ahí me hago otro café (tomo mucho café) y comienzo a trabajar en la tarea que tenga designada ese día.

Los lunes son días de planeación y organización para el resto de la semana. Después los días usualmente se dividen en escritura, desarrollo de obra, registro, investigación y ‘flexible’. Tengo un día flexible que suele ser los jueves pues mi esposo justo no tiene reuniones y es su día libre también. Intento compartir con él y salir a dibujar en mis libretas. Es el día de airear, de respiro.

Obviamente me ha pasado que hay días que no me siento con ganas de hacer lo que tengo designado, no pasa nada, simplemente lo sustituyo. Mantengo un orden, pero soy flexible.

 
 

¿Cuánto sientes que revelas de ti en tus obras? ¿Sientes que tus vivencias están conectadas con tus exploraciones artísticas?

Uf todo. Completamente todo. Yo siento que es muy difícil desligarme de mi obra. Yo no podría explicar mi trabajo sin mi experiencia. Siento que es imposible separar al artista de sus creaciones. Quieras o no es algo que está saliendo de ti, de tus entrañas. Así sea el trabajo menos autorreferencial, pero todas las obras tienen que ver con tu proceso creativo. Todo tiene que ver contigo. ¿Por qué te interesa eso? ¿Por qué haces y hablas de ese tema? Si te sientes bien, eso queda ahí. Si te sientes mal, eso queda ahí. Yo trabajo con lo que me sucede, día tras día. Busco intencionalmente esas vivencias que enriquecen mi lado conceptual. Estoy todo el tiempo pensando como puedo armar algo, un concepto. Todo empieza siendo algo personal pero después las personas pueden leerlo de una manera colectiva. Es muy importante sentir que mi obra es una obra sincera.

 
 

Algunas de tus obras parecen traídas de sueños. ¿Puedes contarnos un poco sobre cómo se genera tu obra? ¿De dónde viene?

Me encanta hablar de esto porque siento que para mí el proceso creativo y el proceso de hacer mis obras es mágico. Yo a veces ni sé cómo hice lo que hice, cuando pasa un tiempo y vuelvo a verlas yo misma me pregunto ¿Cómo llegué a eso? ¿Cómo fue que se me ocurrió esa idea? Yo siento que tiene algo de magia, incluso a veces siento que no soy yo quién las hace. Es como que llega esa emoción, esa cosa en el pecho que te da el impulso a hacer, sale solo como si nada. Esa fuerza creadora que yo digo que no viene de uno pero que llega y te ayuda con el impulso para crear todo. Cuando estoy pintando siento que voy atando cabos de todas las cosas que veo en mi día a día, soy muy observadora de los objetos y de repente ahí están. Por eso también es mi emoción de terminar las obras apenas las empiezo porque siento que, si no se me va, se me va esa magia, esa energía. No puede pasar de hoy. Juego con las palabras, los objetos, busco guiar a los espectadores en la lectura de esos objetos. Empiezo con una idea, pero voy sintiendo lo que me pide el material también. Mi mano a veces coge por otro lado, se complementa con esa fuerza o inspiración. No podría describirlo bien, es mágico.

 
 

¿Cómo cultivas tu inspiración?

Yo siento que todo lo que necesitamos está en el diario. Solo que se va escondiendo en la costumbre y la rutina. Yo siempre trato de cultivar la capacidad de asombro en cualquier cosa, en cosas aparentemente sencillas como que puedo tomar agua o que mi esposo me diga algo en la mañana o cualquier frase que yo escuche por ahí. Siempre estoy muy atenta y recibiendo con sentimiento de asombro todo lo que parece básico y fundamental. Por ejemplo, justo el domingo fui a la casa de mi abuela y lo que hice fue empezar a buscar los objetos que habían quedado del abuelo. Escuchar a la abuela hablar y decir cosas que aparentemente no tienen nada que ver con lo que tu estas buscando, pero empiezas a enlazar cosas escuchando “es que el me hace mucha falta al desayuno” y de repente ves la taza en donde solo él tomaba el desayuno en su puesto de la mesa. Ahí empiezas a conectar objetos que parecen comunes, diarios, pero que se vuelven mágicos en el momento en el empiezas a notarlos. Entonces trato de ser muy consciente de encontrar esas cosas “normales” que están escondidas pero que en realidad son mágicas en mi vida diaria. Con ellas empiezo a generar frases, palabritas, ideas que son muy cotidianas pero que en conjunto uno dice “wow”, acá esta todo. No necesito irme a buscar a otra parte lo que tengo todos los días.

 
 

¿Qué sientes que es eso que te mueve o te invita a crear?

Yo siento que todo lo que necesitamos está en el diario. Solo que se va escondiendo en la costumbre y la rutina. Yo siempre trato de cultivar la capacidad de asombro en cualquier cosa, en cosas aparentemente sencillas como que puedo tomar agua o que mi esposo me diga algo en la mañana o cualquier frase que yo escuche por ahí. Siempre estoy muy atenta y recibiendo con sentimiento de asombro todo lo que parece básico y fundamental. Por ejemplo, justo el domingo fui a la casa de mi abuela y lo que hice fue empezar a buscar los objetos que habían quedado del abuelo. Escuchar a la abuela hablar y decir cosas que aparentemente no tienen nada que ver con lo que tu estas buscando, pero empiezas a enlazar cosas escuchando “es que el me hace mucha falta al desayuno” y de repente ves la taza en donde solo él tomaba el desayuno en su puesto de la mesa. Ahí empiezas a conectar objetos que parecen comunes, diarios, pero que se vuelven mágicos en el momento en el empiezas a notarlos. Entonces trato de ser muy consciente de encontrar esas cosas “normales” que están escondidas pero que en realidad son mágicas en mi vida diaria. Con ellas empiezo a generar frases, palabritas, ideas que son muy cotidianas pero que en conjunto uno dice “wow”, acá esta todo. No necesito irme a buscar a otra parte lo que tengo todos los días.

¿Cómo se siente el viento?

Ay me encanta. ¿Cómo se siente el viento? Siento que todo lo voy a ligar a lo mismo. Esta sensación de la que te hablo que no se ve, pero cuando eres realmente consciente que está, es mágica. Creo que así se siente el viento.

 
 

¿Las flores que son para ti?

Que pregunta tan linda. Yo siento que las flores son una etapa. Me recuerdan que hay momentos donde voy a estar así para la gente, hermosa. Pero que también va a haber otros momentos en donde eso no se va a ver y que gracias a ese momento es que después se puede florecer. Entonces para mí las flores son ese estado de mucha hermosura pero que guarda un proceso de algo más.

Por último. ¿El movimiento cómo te hace sentir?

El movimiento... depende del movimiento. Yo siento que asocio el movimiento con el cambio, independientemente de que movimiento sea, si te mueves es porque cambias. Muchas veces es incómodo o a veces es algo deseado. Depende de la situación en la que estés es percibido de diferentes maneras. Sin embargo, gracias al movimiento siento que resultan las buenas cosas. Por ejemplo, para mí que mi abuelo se muriera fue un movimiento bastante brusco y terrible, pero ahora veo ese movimiento y respiro, entiendo que fue necesario. Cuando digo que era necesario es porque ese movimiento me llevó a hacer algo, a adaptarme y generar algo bello. El movimiento se siente como un cambio que después uno entiende que fue necesario.

 

Encuentra el trabajo de Valentina acá:

@_valentinagrisales

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